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Si acabas de hacerte con tu primer acuario y no tienes ni idea de cómo deberías limpiarlo, esto te interesa. Al principio te parecerá una acción muy laboriosa pero luego te acostumbrarás.
Una incorrecta limpieza del acuario puede tener nefastas consecuencias para los peces que habitan en él. Por eso, es muy importante aprender ciertas normas para garantizar el bienestar de nuestras mascotas. ¡Coge papel y lápiz!
Un acuario no funciona como la pecera que tenías cuando eras niño. Este espacio mucho más amplio requiere unas condiciones más exigentes de limpieza de agua, temperatura y presencia de bacterias. Para empezar, ni se te ocurra lavar el acuario con productos limpiadores o intoxicarás a los peces.
El agua del acuario se cambia por medio de un sifón, que es un objeto que extrae el líquido elemento de la gran pecera. Para compensar lo que has sacado, tendrás que echar agua nueva a la misma temperatura que la que está en el acuario y tratarla con un desclorador que deje el agua libre de cloro y metales pesados. Vierte el líquido poco a poco para que los peces no se estresen. Al sacar agua del acuario se están extrayendo también bacterias por lo que, de nuevo, tendrás que compensar la pérdida. En las tiendas de animales podrás adquirir bacterias nitrificantes.
Existen peces clasificados como limpiadores que se alimentan de desechos del acuario. ¡Más natural imposible! Eso sí, antes de liarte a invitar peces al acuario, pregunta a un experto si esas especies son compatibles.
El acuario lleva un filtro que, sí, amigos, hay que limpiar. Nunca hay que hacerlo a la vez que se cambia el agua. Lavarlo cada 15 días sería lo ideal. Cuando vayas a realizar esta operación, cambia la turba y el carbón activo.
Por último, tendrás que limpiar los adornos, el sustrato y quitar las algas con un raspador. Los adornos, lávalos fuera del acuario con una mezcla de agua y un 10% de lejía, aclara bien y deja secar al aire libre. Adecenta el sustrato con un sifón, que absorberá los desechos acumulados y elimina las algas que se hayan quedado pegadas a las paredes del acuario con la ayuda de un rascador específico. Es importante eliminar inmediatamente cualquier resto de comida u hojitas que veas flotando.
Siguiendo estos pasos básicos tu acuario lucirá como una patena y tus peces gozarán de una salud de hierro.
El acuario no se limpia con agua y jabón, de hecho los productos limpiadores son muy tóxicos para los peces. Lo que se hace es cambiar el agua, por ejemplo, cada dos semanas, en este caso cambiaríamos un 10 % ó 20 % del agua.
Para extraer el agua del acuario puedes usar un sifón. Es un artilugio muy básico y lo podrás encontrar en cualquier tienda de animales. También ayuda a limpiar el sustrato.
Jamás saques a los peces del acuario para cambiar el agua o limpiar algunos de sus elementos.
El agua nueva que introduzcas no puede estar más fría que la del acuario o de lo contrario los peces podrían enfermar. Puedes usar agua del grifo pero dejando que repose en un recipiente al menos media hora.
Antes de echar el agua nueva en el acuario, asegúrate de que el recipiente donde la pones esté limpio y no contenga ni un resto de detergente u otro producto de limpieza. Estas sustancias son muy resistentes y tóxicas para los peces por lo que no conviene que el recipiente se haya lavado hace poco con este tipo de sustancias.
No eches de golpe el agua nueva en el acuario. Ve poco a poco para no estresar a los peces ni remover el sustrato. Puedes hacerlo con la luz apagada para que los animales estén más tranquilos.
Antes de echar el agua nueva al acuario, trátala con un desclorador para que elimine el cloro y los metales pesados presentes en ella.
Cuando se extrae agua del acuario, se elimina un buen número de bacterias nitrificantes por lo que se recomienda compensar la pérdida con bacterias que puedes comprar en una tienda de animales.
Para limpiar las algas que se acumulan, hazte con un raspador limpia algas para el cristal del acuario.
Jamás limpies los objetos decorativos del acuario con detergente o jabón, hazlo con agua y un 10% de lejía y luego enjuágalos bien con agua. Déjalos secar al aire libre.
No esperes a limpiar el acuario y si ves comida u hojitas flotando, retíralos cuanto antes.
En la parte inferior del acuario se esconden residuos mezclados con la gravilla que hay que eliminar. Para ello, usa un sifón, que removerá los desechos y los absorberá.
Estos peces se comen todos los desechos del acuario y puede ser buena idea añadirlos a la colección. Eso sí, antes de nada, tienes que asegurarte que sean compatibles con el resto de habitantes de la pecera.
El filtro también tienes que limpiarlo, cada quince días está bien. Eso sí, no lo hagas a la vez que limpias el acuario. Sigue las instrucciones del fabricante pero básicamente se trata de aclarar un poco el filtro, solo quitando el exceso de suciedad para no eliminar por completo las bacterias que lo pueblan. Aprovecha el momento para cambiar la turba y el carbón activo.
Si vives en una zona de agua dura, es posible que con el paso de los días observes unas marcas blancas adheridas al cristal del acuario. Para eliminarlas, usa un raspador y pide consejo en tu tienda de animales de confianza para que te recomienden algún producto de limpieza que no afecte a los peces.
Me hubiera gustado ser médica pero le tengo terror a la sangre. Por eso, escribir sobre salud no me parece mal plan. También me interesa la nutrición. Disfruto viendo vídeos de YouTube con guiris preparando comida saludable y me encantan los animales.
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