Dentro del Adidas Village, la sede de Adidas de Portland

2022-09-10 09:18:51 By : Ms. Michelle Jiang

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Con motivo de la presentación mundial de la segunda generación de las 4DFWD, visitamos el complejo de Adidas en Portland: laboratorio, oficinas, pero también un enorme centro tecnológico de ocio y deporte.

A finales de agosto, Adidas abrió su campus de Portland, en el estado de Oregón, a un pequeño grupo de periodistas de todo el mundo para presentar la segunda generación de sus zapatillas 4DFWD. Allí tuvimos la oportunidad de conocer de primera mano cómo es el fascinante Adidas Village, la sede de la firma en Estados Unidos. Nos permitieron curiosear a muestro antojo y nos abrieron las puertas de la joya e la corona, el Adidas Lab, el laboratorio de acceso restríngidísimo en el que científicos del MIT trabajan mano a mano con atletas para crear la zapatilla de running del futuro. Pero no solo visitamos el laboratorio, sino toda la ciudad Adidas: su biblioteca de materiales, el centro deportivo, las cafeterías, el campo de juegos exterior, sus zonas de descanso y sus increíbles salas de reuniones.

La "ciudad" de Adidas se halla en una zona residencial de casitas con jardín, muy americana, parece como si en cualquier momento fueras a encontrarte con los niños en bicicleta de ET o cruzarte a Bart Simpson subido a su skate. No es casualidad, Matt Groening, creador de Los Simpsons, creció en Portland. Esta ciudad fue su inspiración para Springfield.

La ciudad Adidas es el sueño americano hecho realidad

Adidas trasladó su sede norteamericana a Portland en 2002 y eligió el edificio de un antiguo hospital, a seis kilómetros al norte del centro. Con el tiempo, y después de remodelaciones y nuevas construcciones, el primer campus Adidas se ha transformado hasta convertirse en una auténtica ciudad, Adidas Village. Es un impresionante compendio de siete edificios y una zona de entrenamiento exterior (Performance Zone) con un campo de juego en medio que, en lugar de césped, está recubierto con el mismo material Adidas BOOST que ponen en sus zapatillas para que sea más fácil correr y haya menos riesgo de lesión.

Cada edificio tiene un color, la entrada principal se halla en el edificio Gold, que no es que sea de oro, sino de cemento y madera, amplio y luminoso, donde se hallan los despachos de los diseñadores, una cantina, biblioteca y varios espacios para reuniones con vista al área de juegos o a los boscosos alrededores. Este edificio se inauguró a finales del año pasado, obra del estudio de interiorismo Studio O+A, y la firma LEVER Architecture siguiendo los criterios de la máxima sostenibilidad, confort y belleza.

Entre el edificio Gold y el Amarillo se encuentra una estatua en bronce de Adolf Dussler, el creador de la marca en 1949. Hasta entonces Dussler dirigía una pequeña empresa familiar de calzado deportivo, la Gebrüder Dassler Schuhfabrik, que había fundado a principios de la década de 1920 en Alemania junto a su hermano Rudolf. En 1948 este dejó la firma para crear su propia marca, Puma. Adolf ("Adi" para los amigos) rebautizó la empresa con las primeras sílabas de su propio nombre, de Adi Dassler a Adidas. Así nació una marca cuyo signo más distintivo eran las tres rayas que mostraban las costuras del triple refuerzo de sus primeras zapatillas. Ahora esa triple blanda es símbolo inequívoco de calidad y buen gusto, base del isotipo por el que se conoce la firma en todo el mundo.

Entramos en el edificio amarillo, donde se encuentra el Adidas Lab, el laboratorio donde se llevan a cabo las investigaciones y el testado de los productos con los últimos avances tecnológicos y científicos. Tras la bienvenida del presidente de Adidas Norteamérica, Rupert Campbell, la Dra. Anette Hosoi, profesora de física del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), nos explica su labor en el desarrollo de las 4DFWD, descubrir cómo transformar el impacto en impulso. En el laboratorio Adidas, el corazón de la firma, los científicos investigan las energías cinéticas y los movimientos biomecánicos del corredor para mejorar día a día el diseño de sus zapatillas. Desde hace años, el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) colabora con Adidas para crear la zapatilla de running del futuro.

Lo que empezó como una muestra hecha a mano del prototipo de mediasuela que sería ideal se convirtió en realidad gracias a Carbon, una empresa de impresión en 3D industrial, que llevaba colaborando con Adidas desde 2016. Tras numerosas pruebas, Carbon consiguió crear una estructura reticular perfecta para la propulsión. El dibujo geométrico y la resina idóneos para imprimir en 3D la mediasuela perfecta. A diferencia de las típicas suelas de espuma creadas con moldes, el uso de la impresión 3D permite una amortiguación precisa en las zonas clave del pie, recalibrada según el tamaño de la zapatilla y el peso aproximado de corredor.

Nos entregaron pequeñas muestras de la estructura reticular, para que viéramos /y tocáramos) cómo el patrón único favorece el movimiento hacia adelante, algo que de verdad se nota cuando corres con unas 4DFWD. También nos dieron muestras de impresiones 3D descartadas, con los mensajes de los testadores: "poca estabilidad, en mi opinión", "poco flexible", etc…

En el laboratorio pasamos después al área de testado del producto acabado. Me recordó un poco a Ikea, con esos artilugios abriendo y cerrando una puerta de cocina para mostrar su solidez. Aquí, otras máquinas (llamadas Leonardo y Raphael, no sé si por los artistas renacentistas o por las tortugas Ninja) se dedican a golpear repetidamente las zapatillas para probar su durabilidad. En realidad, comprueban mucho más, según nos explica Will Wannop, científico y profesor de la Universidad de Calgary (Canadá), las 4DFWD se han sometido a toda una batería de pruebas biomecánicas, en las que se han analizado no solo la durabilidad, sino también aspectos específicos como el impulso hacia delante, la fuerza de freno y la economía de ejecución. La tecnología se probó exhaustivamente con corredores coordinados por el equipo de desarrollo en Alemania y por un grupo de expertos en running en los Estados Unidos.

Cuando volvemos al laboratorio de pronto se oye una música, hay humo y luces, parece más una discoteca ochentera que un laboratorio de alta tecnología… hasta que hace su aparición el robot de Adidas que baila, saluda y nos hace entrega a cada uno de un par de 4DFWD, porque nada que nos cuenten tiene sentido si no probamos las zapatillas. Nos han programado una corta tirada por los alrededores para el día siguiente. Ahí es donde me emociono con la belleza de los alrededores, con las vistas al río Willamette y con estas zapatillas que realmente te impulsan hacia delante, las zancadas no cuestan, el terreno parece tierra batida, aunque en realidad corro sobre asfalto.

Ese día comemos en la cantina, gratuita para todos los trabajadores y visitantes, donde hay un enorme buffet de platos variados y sanos: carne de pollo y pescado, mucha fruta y verdura, ensalada, agua y refrescos bajos en azúcar (y unas cookies de avena y chocolate que todavía me hacen salivar).

Tras la comida nos muestran el resto del campus, atravesamos la pista de juegos para llegar al edificio rojo, "La zona de entrenamiento", un auténtico polideportivo de cuatro pisos que alberga gimnasio con pesas, zona de cardio, estudio de yoga, duchas y vestuarios y una cafetería en el último piso con terraza y unas vistas que quitan el hipo.

En otro edificio, el azul, están las pistas de baloncesto, fútbol sala y otros deportes de interior. Otros edificios, los que en su día fueron hospital aunque nadie lo diría, contienen departamentos administrativos y financieros, cada uno con su color correspondiente, negro, verde, plateado. Los distintos edificios están comunicados entre sí peatonalmente y con un carril bici. En breve abrirá un espacio que será garaje y tienda ciclista para animar a todos los empleados a venir a trabajar utilizando este medio de transporte. Aun así, existe un enorme parking subterráneo para los que no puedan prescindir del coche. Un puente con un mural obra de Salomée Souag (artista más conocida como Chroma) une los edificios situados a ambos lados de la Avenida Greenly.

La ciudad Adidas es el sueño americano hecho realidad, buen ambiente laboral, con facilidades para realizar todas las actividades deportivas que quieras en una empresa en la que todos los trabajadores son atletas. Trabajo de equipo en edificios bellos y sostenibles, ya que uno de los objetivos de la marca es reducir su huella climática al mínimo.

Y una curiosidad, y una de las cosas que más me han gustado: cuenta con una biblioteca de materiales en las que además de telas, cordones, cremalleras o suelas de distintas texturas, se guarda una extensa colección de modelos de ropa y calzado Adidas que datan desde los primeros tiempos de la marca. Un paraíso para los nostálgicos de una firma que hemos usado desde la adolescencia, ya sea para hacer deporte… o para bailar en la discoteca con Run-DMC.